Por Víctor Hernández
02 de Agosto, 2009 - 00:02
"Cash for Clunkers" ("Efectivo por Carcachas") es el nombre de un plan del gobierno de Barack Obama para incentivar la compra de carros que gasten menos gasolina. El plan, que empezó a operar desde junio, consiste en darle a la gente entre 3,500 y 4,500 dólares en efectivo a cambio de que lleven su auto manejable y no mayor a 25 años de antigüedad, a entregar una concesionaria (la que sea) y compren uno nuevo que de mayor kilometraje por galón de gasolina. La idea de Obama era incentivar la industria automotriz y al mismo tiempo mejorar el medio ambiente.
El programa resuló sumamente popular ya que un auto usado con 5 años de antigüedad se vende en no más de 4 mil dólares. Pero inclusive en casos de autos más recientes a mucha gente le resulta atractivo el plan ya que con la crisis que hay en Estados Unidos buscan la manera de gastar menos gasolina.
Claro; mucha gente no va a vender su auto 2008 o 2007 si su valor de mercado es mayor a los 4,500 dólares. Pero el resto de la gente sí se puede interesar en el programa.
De hecho, fue tanta la gente que se interesó, y que fue a las concesionarias a cambiar su auto por uno con mejor uso de gasolina que el gobierno federal en Estados Unidos se asustó y tuvo la reacción inicial de parar el programa. Había mil millones de dólares para ese programa, pero como fue tanta la gente que lo quiso aprovechar, que el jueves pasado llegaron en Washington a la conclusión de que mejor lo suspendían antes de que no pudieran pagar.
El problema fue que, de nuevo, fue tan popular el programa que las concesionarias acabaron saturando la página del gobierno asignada para mandar los datos del auto usado que se cambió. Al estar saturada la página, y no saber el gobierno el tamaño real de lo que se estaba gastando, decidieron parar el programa.
El asunto se resolvió aumentando la capacidad del sitio de internet del programa, pero quedaba pendiente la cuestión del dinero. Por lo tanto, la cámara de diputados de Estados Unidos le asignó al programa otros dos mil millones de dólares más. Asunto arreglado y el programa sigue.
Ahora bien; en México Felipe Calderón pretendió copiarle a Obama el "Cash for Clunkers", pero lo hizo con absoluta ineptitud.
Para empezar Calderón pretendió dar 15 mil pesos por autos mayores a 10 años y solamente si son de marcas con ensambladoras en México y solamente si están en el tratado de libre comercio. Pregunte usted a alguien que tenga un auto de 10 años bien cuidado si le aceptará 15 mil pesos por el carro y le dirá que no.
En segunda, los 15 mil pesos son para el enganche de un auto nuevo de un precio no mayor a 160 mil pesos independientemente de su eficiencia de gasolina. Es decir, en vez de incentivar que la industria automotriz haga mejores autos que gasten menos gasolina, simplemente Calderón pretende que se vendan autos a lo tarugo. Si empiezan a fallar a los dos meses, pues se fregó el comprador y se fregó el contribuyente que pagó por el enganche.
Pero mi intención al comentar esto no es tanto para criticar a Calderón. No. A los que voy a criticar son a otros. Me explico:
Hace unos días Federico Arreola relató en su columna haber escuchado a varios ricos en un restaurante quejarse de que en México las cosas no funcionan. Que se fueron de viaje a Europa y Asia donde las cosas "funcionan" (llegaron a decir que se iban a otro país permanentemente porque las cosas no funcionan en México) y que solamente regresaron a México a votar.
¿Por qué partido habrán votado? Muy probablemente por el PAN. Si fue así, ¿Por qué se quejan entonces de que nada funciona en México? Claramente el partido por el que votaron no es capaz de hacer las cosas bien.
Y no; aquí nada tiene que ver la oposición. En el caso de la mala copia de Calderón del programa de Obama fue el gobierno federal sólo, y sin que nadie se pudiera entrometer, el que hizo las cosas mal. Y así lo ha hecho una y otra vez en diversos rubros sin que la oposición se meta.
Habrá que preguntarnos entonces si los ricos que votan por el PAN son muy tontos, o muy cínicos
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