lunes, 10 de agosto de 2009

Defender la soberanía, ¡Ahora! Por Amérika Moreschi Compartir

“Gandhi decía: ¿cómo pueden cien mil británicos controlar a más de 350 millones de hindúes? El sistema funciona por la complacencia de los hindúes. Si dejamos de hacer todo lo que ellos quieren, ¿cómo se las van a arreglar? Y agregaba: “Ellos no nos quitaron a la India, somos nosotros los que se la hemos entregado”.
Alyque Padamse; actor:

Después de muchos años de administración neoliberal, los privilegiados del capitalismo extremo se han percatado que debido al descontento social de muchos países, la única manera de seguir imponiendo este genocida modelo autoritario, es por medio de la moderna dictadura militar y económica.

Los gobiernos entreguistas, frente a los nacionalistas, cruzan sus objetivos, dejando al imperio financiero el recurso de la violencia psicológica y militar. La criminalización constante sobre los movimientos sociales que buscan una humanidad más justa, ha demostrado que los genocidas acaparadores de la riqueza, apoyados de los gobernadores corruptos, están dispuestos a exterminar la disidencia con tal de mantener sus privilegios.

En México, además, a través de la simulación de los procesos democráticos, y apoyada de los poderosos consorcios que se adueñan de los medios electrónicos, la derecha, se arrodilla ante las políticas neoliberales dictadas desde Washington, que imponen una agenda criminal en contra de la soberanía de las naciones. Pues, mientras en países como Bolivia y Venezuela nacionalizan los recursos naturales, el inmoral gobierno panista planea entregar al capital privado la administración de este patrimonio.

La desnacionalización de los energéticos, por ejemplo, parece tener su culminación, (a menos que el repudio social, acompañado de acciones eficaces y contundentes, la detengan) en el intento de militarización por medio de planes como la Iniciativa Mérida (calca del Plan Colombia avalado por otro títere: Álvaro Uribe), de particularidades fundamentalmente castrenses, que, so pretexto de combatir el terrorismo, la inseguridad o el narcotráfico, permitirá que existan bases militares extranjeras (Norteamericanas) en territorio nacional.

El Plan México (Hoy Iniciativa Mérida), firmado el 13 de marzo de 2007, tiene su Alma Mater en Waco Texas, a la sombra de la Alianza para la Prosperidad y la Seguridad de América del Norte (ASPAN), acordada en marzo de 2005 por los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México. La ASPAN, también llamada TLC plus, tiene entre sus objetivos implementar más enérgicamente el patrón neoliberal, sin una ley que lo regule; sino por el contrario, con una bota que lo profundice; básicamente: aumentar la productividad; reducir los costos del comercio y de transacción; la creación de una oferta de alimentos, acelerando el comercio de productos agrícolas; pero principalmente se pone de manifiesto la importancia de garantizar la satisfacción de las necesidades energéticas del mercado de EEUU, así como el desarrollo de un enfoque común en materia de seguridad para proteger a América del Norte; es decir, ahondar el régimen económico sanguinario y salvaguardar al verdugo.

La ASPAN se empezó a construir a partir de la formación de “Sociedad para la Prosperidad”, integrada sólo por grandes empresarios, de donde sale un documento, llamado “Ideas para el futuro de América del Norte”. A diferencia de los tratados que debieran pasar por la aprobación de los Congresos y que, por lo tanto, tienen rango de Ley. Éste acuerdo que tiene un rango legal menor que un tratado pero con un impacto similar; es decir, los Tratados, obligaban a modificar las leyes para su mejor ejecución; sin embargo, en este caso, sólo se modifican los reglamentos operativos que dependen únicamente de la autorización del Ejecutivo. Por lo que prácticamente estamos hablando de un golpe de Estado, ya que el Poder Ejecutivo aprueba cosas que en realidad dependerían de la autorización del Poder Legislativo.

La mira de esta Alianza esta puesta, principalmente, en los yacimientos petroleros que existen en México. Petróleos Mexicanos (Pemex), es la quinta compañía petrolera más grande del mundo, exporta el 80% de su producción a EEUU. El 60% de sus réditos van actualmente al gobierno mexicano, que significan más de 40% de los ingresos anuales del Estado.

Este acuerdo, es determinante para la estrategia autoritaria que se producirá al aplicar el represivo Plan México (Iniciativa Mérida). El cual actuará como coprotagonista de la privatización de los recursos naturales. En dicho plan participarían de Estados Unidos los departamentos de Estado y de Justicia, la Secretaría de Seguridad Interna, el Pentágono, la CIA, la FBI y la agencia antidrogas DEA. Y por parte del gobierno mexicano: la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina de Guerra, la Secretaría de Seguridad Pública, la Procuraduría General de la República y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

Por lo que, de no detenerse la privatización de los recursos naturales en este momento, prácticamente sería imposible después. Es por ello, que la participación ciudadana en acciones de resistencia no violenta, son fundamentales para impedir este intento de atraco y violación fragante a la constitución y a la soberanía nacional. El pueblo tiene la decisión de actuar hoy o quedarse de brazos cruzados; cada nación tiene el sistema político económico que de una u otra manera elige, la elección está en el acto: Dejar morir la soberanía o defenderla ahora.

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