miércoles, 5 de agosto de 2009

A dos meses del crimen de Estado


Por Polimnia Romana
05 de Agosto, 2009 - 00:00
La CNDH vino a ratificar lo que ya sabíamos en el caso del crimen en la Guardería ABC de Hermosillo, propiedad de familiares de funcionarios y de la esposa de Calderón, hoy prófugos de la justicia.

Instalaciones inapropiadas, irregularidades avaladas por autoridades municipales, estatales y federales, violaciones a las leyes cometidas por el IMSS, entre ellas la ausencia de personal calificado para la tarea de formación y cuidado de los niños – el día de la tragedia sólo había 14 personas adultas cuando tendrían que haber 40 –.

Lo que también sabemos y que la CNDH no menciona es la impunidad solapada por Calderón, quien mantiene silencio absoluto ante la muerte injusta de 49 niños y más de 20 lesionados de por vida, sin pronunciar tampoco una sola palabra de condolencia a los padres de estos menores que mendigan justicia en las puertas de las instituciones corrompidas y desgastadas. Hoy se llevarán a cabo marchas en distintas entidades para exigir justicia. En el D.F. habrá una concentración afuera de las instalaciones del IMSS en Paseo de la Reforma a las 7 de la noche. Se encenderán miles de veladoras como símbolo de que no se apaga por completo la luz, porque la muerte de estos menores no quedará impune. El gobierno usurpador, al igual que los gobiernos priístas, le apuesta al olvido pero no será tan fácil, como no lo ha sido ante la masacre de Tlatelolco, de Acteal, de Aguas Blancas; como no lo ha sido ante los muertos en Pasta de Conchos, en Atenco, en Chiapas o en Oaxaca.La impotencia y el dolor tienen la capacidad de persistir toda la vida, y se vuelven energía, no olvido.

Estas madres y padres de Hermosillo que tienen al rojo vivo la herida, no están solos porque su dolor es nuestro, su pena se ha regado como pólvora en el corazón de millones de mexicanos. No digo de todos porque hay muchos que piensan que el “accidente” ya pasó y hay que seguir adelante sin hacer ruido, entre ellos los deleznables comentaristas de los medios de comunicación. A dos meses de distancia lo que percibimos es ese desprecio que los gobiernos han sentido siempre por el dolor de la gente, a la que sólo buscan en tiempo de elecciones.

Estoy lejos, confirmando ese desprecio de los poderosos por el pueblo de Oaxaca, pero desde aquí quiero decir a las madres y padres de los niños muertos y heridos en el incendio de Hermosillo que no vamos a descansar hasta lograr que se haga justicia, y que estas muertes no serán en vano porque en su memoria vamos luchar por la defensa de la infancia en México.

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