jueves, 20 de agosto de 2009

Marcela Gómez Salce : A puerta cerrada



La mala imagen del shock del “catarrito”
2009-08-20•Política
.• Asarco, Grupo México y los USW
• La duda (negra) del pronóstico de Slim

Todas las causas de la decadencia de México, mi estimado, se abrevian en una sola: el mal gobierno. Nada como enmendar la plana a la desproporcionada declaración presidencial reprochando que sean los propios mexicanos quienes se empeñen en difundir una imagen negativa del país hacia el exterior, acusando además de que parece que la parte más difícil es hablar bien de México. Hablar mal del país para muchos no es sólo un esfuerzo cotidiano, hasta de eso viven, diría yo (¡!). Hablar bien de México, de las ventajas que México tiene es un esfuerzo que debe reconocerse.

Espléndido.

Felipe no logra comprender o ignora que la mala imagen de México se debe… a su extraordinario (des)gobierno. Que el país no se gobierna solo (aunque a veces lo parezca). Y que gran cantidad de mexicanos —que por cierto castigaron las sorprendentes Acciones Responsables del PAN en el tubazo de la pasada elección (que se borró de la memoria presidencial), que por ser intermedia se caracteriza por ser una especie de referéndum de la actual administración— están desencantados del haiga sido como haiga sido, que ha derivado en el actual tiradero político, económico y social, yes?

O sea, del shock económico, por ejemplo. De la ausencia absoluta de un Estado de Derecho, de la descomunal impunidad y de la corrupción.

Todo lo que se ve reflejado en simpáticos informes, documentos confidenciales, reportes financieros, prospectivas económicas y análisis domésticos e internacionales sobre el volátil y peligroso contexto de este Estado fallido rumbo al estallido, o del mentado colapso rápido. Y todo lo anterior, my friend, impacta la buena o mala imagen del país (que no se gobierna solo aunque a veces lo parezca), calificado, apreciado y percibido por el desempeño de sus autoridades y/o gobiernos.

Pero… hablando de estupendos informes, curiosamente las acciones bursátiles de Grupo México —cuyo dueño Germán Larrea, está obligado a comparecer este viernes, ya que por tercera vez un juez le ordenó a la PGR que lo presente a declarar sobre asuntos del sindicato minero—tuvieron un respiro, quizá artificial, después del anuncio de que está listo para pagar un dineral para la reorganización de Asarco LLC. El asunto que está en medio de un polémico proceso judicial en Estados Unidos deberá tener su final cardiaco este próximo 31, y el consorcio de Larrea —en la puja por Asarco (subiendo su oferta en 500 millones de dólares más) contra la empresa Sterlite— fue notificado por el juez Richard Schmidt, que deberá acreditar solvencia económica para pagar, cash, 2.2 billones de dólares para la reorganización y el pago de todos los acreedores de Asarco.

Y como debe de ser, la simpática noticia, amable lector, desencadenó la incontinencia verbal de fondos, inversionistas, analistas y brokers que ya hacen sus apuestas a que será Grupo México el que recupere Asarco, motivando la burbujita bursátil y el optimismo de que la pesadilla está cerca de terminar.

Pero… (siempre hay un pero), not so fast.

Tan pronto comenzaron las buenas noticias de la divertida especulación y el spinning de que Grupo México la tiene en bandeja (de cobre), salió una declaración del poderoso sindicato de los USW, cuyos afiliados son, parajodas de la vida sindical, los empleados de Asarco, a informar sobre la votación unánime en contra de las prácticas del consorcio de Larrea.

Es decir, si Grupo México llega a ganar la oferta, horas después los USW se declararán en huelga. Y como Estados Unidos… no es México, el problema derivado del anuncio de los Steelworkers que tienen perfectamente afinada, definida y precisa su estrategia integral en contra de los documentados abusos de Grupo México, es que el reventón podría no tener, digamos, un final feliz.

Así que por lo pronto, my friend, everybody chill…

Por la Mirilla

Trascendió en poderosos corrillos que el catastrofista consentido del sexenio, Carlos Slim —quien declaró ayer que el país es más grande que sus problemas (¡¿…instalados en Los Pinos?!)—, ha pagado una suma mayor a los mil millones de dólares para enfrentar varios compromisos financieros que se vencen en el mediano plazo para pago de deuda. La escalofriante duda que genera insomnio del pasmado respetable es ¿de qué tamaño será la devaluación (que según Felipe nunca se repetiría en México) y el contexto que percibe en el corto plazo…?

Como dicen los simpáticos de enfrente… es pregunta.

gomezalce@aol.com

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