jueves, 23 de septiembre de 2010

BAJO RESERVA

Así están las cosas: el gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, gestiona un fideicomiso para garantizar la seguridad de él, de los dos últimos titulares de la Procuraduría de Justicia, y de su secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana para cuando dejen el gobierno estatal. Torreblanca se lo contó en un desayuno a las autoridades del obispado Chilpancingo-Chilapa. De hecho, los ex funcionarios de su administración reciben protección estatal, y su gobierno entregará vehículos blindados de hasta 800 mil pesos a los candidatos a gobernador para el próximo proceso. Nadie lo culpa: Guerrero ha sido un estado históricamente acosado por la violencia y en este sexenio se volvió escenario de una guerra sangrienta entre cárteles y con el mismo gobierno.
Ayer el senador del PRD Silvano Aureoles Cornejo destapó a Lázaro Cárdenas Batel como precandidato presidencial. Por supuesto que es pura grilla. Nadie en su sano juicio se pondría entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard porque, dice el dicho, en guerra de elefantes cualquier coletazo te derrumba. Lo que sí se dice es que Silvano Aureoles quiere ser gobernador de Michoacán y no anda muy bien con el actual mandatario, Leonel Godoy. Entonces quiere ganarse a los Cárdenas para impulsar su objetivo, ahora que los descendientes del “Tata” andan movidos. Quieren participar en las decisiones importantes que se vienen dentro del PRD: la del candidato presidencial, la del líder nacional, y la del candidato michoacano. Pero para participar, hay que acercarse al partido y aceptarlo “con todo y sus defectos”. Quizás por eso ayer reapareció en público Cuauhtémoc Cárdenas, quien ha criticado la dirigencia de Jesús Ortega hasta el cansancio. Dijo que aunque la izquierda está dividida, “apoyará en 2012 a quien su partido determine como candidato” presidencial.
Como se ha dicho aquí, antes de la masacre de 72 indocumentados en Tamaulipas se advirtió una y otra vez en informes nacionales e internacionales que la corrupción del Instituto Nacional de Migración había alentado al hampa a asumir la inmigración como negocio. Una y otra vez. Pues el efecto “Cecilia Romero”, ex titular del INM, sigue pasando facturas. Ayer, el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, debió soportar un regaño duro del PRI (que ahora domina Senado y Cámara de Diputados) por arrastrar “rémoras”. Le demandó “ponerse las pilas” dar un golpe de timón en el tema migratorio. El senador Pedro Joaquín Coldwell fue el encargado de hacerle ver su suerte. Pobre Blake: al final, el amigo de la Romero no era él.
Apunte final: Habrá hoy un breve, bien cuidado y merecido homenaje de la Suprema Corte al ministro José de Jesús Gudiño Pelayo. El Canal Judicial se hará cargo de la transmisión y sólo se dará acceso de los medios hasta el final del evento.

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