domingo, 12 de septiembre de 2010

Bajo Reserva | Periodistas EL UNIVERSAL La guerra contra el narcotráfico y los "daños colaterales"


Habría que sumar dos más dos para entender que la guerra contra el hampa deja “daños colaterales” mucho más graves de lo que reportan las estadísticas oficiales. El primero en poner sobre la mesa un asunto “del que poco se habla” fue Dan McGrew, presidente de la Asociación de Maquiladoras y Manufactureros de Reynosa, Tamaulipas, pero también vicepresidente del consejo nacional de esa industria de exportación. Dijo que la mayoría de las naves industriales han visto mermada su productividad por cuestiones ligadas directamente con la inseguridad. Entre otras cosas, se ha tenido que modificar la estructura laboral, los turnos y las medidas de prevención, pero también limitar las visitas de clientes y de proveedores. No es seguro. La denuncia no es menor. El director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada Pascal, dice que la postura de los maquiladores es apenas un leve reflejo de la situación tan delicada que se vive “y que a veces no se dice en el resto de la industria mexicana: empresarios y capital mexicano se están yendo”. En las trincheras se habla de inversiones “congeladas”, del retiro de socios de las cámaras y de que los empresarios, sobre todo del norte del país, han optado por mudarse a Estados Unidos, pero, por lo visto, es apenas la punta del iceberg.
Por cierto, los hechos confirman como acertada la decisión que tomaron muchos alcaldes de ciudades especialmente castigadas por la ola de violencia, para cancelar los festejos por el Bicentenario de la Independencia. En Ciudad Juárez, se convoca a la población a evitar las concentraciones, a prácticamente no salir de casa y a no estar expuestos a eventuales ataques del hampa. Ayer, la Policía Federal informó que se logró ubicar y desactivar otro coche-bomba. El parte oficial señala que se recibió una llamada advirtiendo de un hombre asesinado, igual que hace dos meses cuando estalló el primer carro-bomba. Los agentes lo encontraron a bordo de un vehículo y, en otro, los explosivos. Un oficial desactivó el artefacto y logró sacar la mayoría del material y luego se procedió a una detonación controlada. Los vehículos estaban estacionados frente a un local comercial. Se tomó la decisión correcta, ya que celebrar en las presentes circunstancias es, por lo menos, riesgoso.
René Bejarano volvió ayer a las andadas políticas bajo el liderazgo del Movimiento Nacional por la Esperanza. En el Estado de México llamó a impulsar una candidatura común para derrotar al PRI, pero sin mencionar cómo o a qué fuerzas convocaba. En su arenga estuvo Dolores Padierna y el secretario del Trabajo del Gobierno del DF, Benito Mirón Lince, quien por cierto es uno de los que se proponen para próximo jefe de Gobierno. Nos dicen que Bejarano está construyendo redes para continuar en “la jugada”, convocando a transportistas, colonos y comerciantes, con la esperanza puesta en AMLO, pero sin enemistarse con Marcelo Ebrard, a quien apenas hace unos días visitó para hablar de “asuntos personales”.
Apunte final. El gobierno federal lucha contra la obesidad y no precisamente la burocrática. Con el ejemplo se predica, dice convencido José Ángel Córdova, secretario de Salud, quien impulsa en el interior del gabinete presidencial un plan para mantenerse en forma. Asegura que desde hace un año están siguiendo el programa de los Cinco pasos contra la Obesidad y que en periodos suspenden actividades y hacen ejercicio, además de que cuentan con dispensadores de agua pura, mientras que se eliminaron de las dependencias los equipos de alimentos de bajo contenido nutricional y los refrescos. En León, Guanajuato, lanzó un exhorto para que la cosa no se quede nada más en el ámbito del Ejecutivo federal, y pidió que también diputados y senadores hagan lo suyo para mejorar su salud.

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