jueves, 9 de septiembre de 2010

Flota un aire espeso en el ambiente--- Polimnia Romana

A unos cuantos días del asesinato de dos civiles a manos de soldados, hecho que el Ejército y el gobierno usurpador calificaron de ERROR, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación evitó por mayoría (ocho votos a tres) analizar la constitucionalidad del fuero militar.

Los ministros desecharon el proyecto elaborado por José Ramón Cossío Díaz, quien proponía que el Poder Judicial de la Federación acatara la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la que CONDENÓ al Estado mexicano por la violación a los derechos de Rosendo Radilla, quien aún se encuentra desaparecido.

Uno de los resolutivos de la CIDH tiene que ver con que los jueces mexicanos garanticen que cuando un militar sea acusado de cometer un delito en agravio de civiles, éste sea juzgado en el fuero civil, y en ninguna circunstancia en el fuero de guerra.

Pero la SCJN no hará nada que no sea ordenado por quien realmente manda en el país, me refiero a la mafia que se adueñó del poder para solapar toda clase de arbitrariedades contra el pueblo y seguir defendiendo los privilegios de unos cuantos.

Ya empezó también la represión en Cananea, según fuentes cercanas al sindicato se reportan 4 muertos, y el presidente municipal confirma sólo uno, pero ya se llevaron a 20 detenidos en un avión sin saber con qué destino.

Hechos sangrientos siguen arrimando la mecha al fuego...

Estamos a unos días de la celebración del Bicentenario de la Independencia, para la que el gobierno usurpador ha despilfarrado millones de pesos sin saber qué festejar, pues absolutamente TODAS las acciones que ha tomado han ido en contra de la supuesta libertad que los mexicanos tendríamos que celebrar.

El Congreso ocupado en sus riñas partidarias, la SCJN dando palos de ciego, nuestras devaluadas instituciones sin cumplir con el objetivo para el que fueron creadas, los medios haciendo hasta lo imposible por engañar a un pueblo que despierta de su letargo y exige JUSTICIA para sus muertos, para sus hijos, para sus jóvenes, sus ancianos y sus indígenas.

Se respira un aire espeso en el ambiente, se escucha a lo lejos un lamento y al mismo tiempo brilla en el cielo una pequeña luz de esperanza.


¿Será que ya llegó el momento?

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