viernes, 10 de septiembre de 2010

La señora Clinton tan hipócrita como su discurso-- Polimnia Romana

Antes de que la señora Clinton declarara que México está pareciéndose cada vez más a la Colombia de hace 20 años, según ella porque el narcotráfico en nuestro país se está transformando en "insurgencia", Marcelo Colussi publicó un libro titulado EL NARCOTRÁFICO: UN ARMA DEL IMPERIO, en el que explicó perfectamente cómo Estados Unidos utiliza el narcotráfico como estrategia de hegemonía global para controlar países y sociedades.

El narcotráfico, dice Marcelo Colussi en su libro, es la herramienta que permite manejar enormes cantidades de recursos económicos que oxigenan la economía capitalista mundial y, además, permite controlar política y culturalmente a determinados colectivos, los más "molestos" para la lógica de los poderes -- o sea los insurgentes --, así como para intervenir militarmente en grandes poblaciones e invadir y tener presencia en forma oficial.

Colussi demuestra lo HIPÓCRITA del discurso de Washington, pues mientras declara que la preocupación de fondo es un problema de salud pública , lo único que hace la GEOESTRATEGIA IMPERIAL es mantener esas sustancias como ilegales, aprovechando eso para intervenir por la fuerza amparándose en un fin supuestamente noble.

Si de verdad la señora Clinton quiere vender la estrategia Colombiana, tendrá que explicar primero cómo es que el supuesto combate al narcotráfico en Colombia no sólo no terminó con el problema sino que lo agravó pues el consumo de drogas sigue en aumento.

Marcelo Colussi plantea en su libro que la única posibilidad REAL de terminar con el consumo, o disminuirlo en forma considerable, es legalizar las drogas. Algo que no aceptarán por ningún motivo los que obtienen grandes beneficios económicos del narcotráfico.

Por último propone otra opción para terminar con esta estrategia de control global, trabajar políticamente para cambiar las relaciones de poder establecidas, o sea: CONSTRUIR UNA SOCIEDAD NUEVA.

La inconformidad de grandes sectores de la población con la política neoliberal impuesta desde Washington hace aproximadamente 30 años, que ha devastado al país y empobrecido a millones de mexicanos, no puede entrar en la misma canasta del crimen organizado y el narcotráfico.

La protesta, las denuncias y la exigencia de justicia del pueblo no van a terminar con las balas dirigidas al narco, al contrario, van a seguir y a multiplicarse de mil formas por todo el territorio.

Desde luego que la mejor propuesta es construir una NUEVA SOCIEDAD pero para eso es necesario combatir de fondo la corrupción y la impunidad de los gobernantes que han traicionado al país aliándose a los intereses del gran capital.

En eso trabaja incansablemente el Movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador, en transformar la vida pública y reconstruir el tejido social, partiendo de tres valores fundamentales: la verdad, la justicia y la bondad.

Aunque suena romántico y utópico, sí es posible.

Lo que necesitamos, para empezar, es negarles nuestro apoyo a los mismos políticos de siempre, los que se han devorado el país y siguen sin entender que por el bien de todos primero hay que ver por los pobres y los olvidados.

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