jueves, 9 de septiembre de 2010

Los cacahuates japoneses en el avión--- Federico Arreola


Michael O´Leary, principal accionista y directivo de Ryanair, ha propuesto para abaratar los costos de la aviación que, en los vuelos cortos, los aviones vuelen sin copiloto. Es que, en su opinión (y creo que tiene razón) las computadoras ya lo hacen casi todo. Argumenta que los trenes son conducidos por un solo maquinista, y no pasa nada. En 25 años y después de 10 millones de vuelos, solo uno de los pilotos de Ryanair sufrió un ataque al corazón y pudo aterrizar sin problemas. Vale la pena discutir la propuesta, digo, si se le quieren encontrar salida a la crisis de una industria que, como hemos visto en México con la quiebra de Mexicana, por un lado tiene un enorme impacto social y, por otro, no parece haber forma de financiar con los costos de operación que actualmente enfrenta. Sin los copilotos, dice O´Leary, un irlandés polémico que a mí me cae bien, las líneas aéreas se ahorrarían verdaderas fortunas.


Ese irlandés ha propuesto también cobrar por ir al baño en los aviones. Yo añadiría una multa al pasajero que no limpie correctamente su mugrero. Porque, casi siempre, es un proceso en extremo asqueroso usar el excusado en las aeronaves.


O'Leary piensa que aumentaría la rentabilidad de las aerolíneas si, como en los camiones o en el metro, se permite a la gente ir de pie en los aviones. Me parece que tiene razón. Los vuelos de menos de dos horas de duración mucha gente en buena forma puede soportarlos sin sentarse.


Otra buena idea de ese empresario es obligar a la gente a llevar su maleta hasta la cajuela del avión. El que no quiera o no pueda hacerlo, que pague cargadores.


Aunque me afecta, no es descartable lo que ha planteado O' Leary de cobrar un dinero extra a los gordos. El sobrepeso hace que los aviones gasten más combustible, así que, ni hablar, los tragones, por indisciplinados, debemos pagar más que aquellas personas capaces de llevar una dieta adecuada.


No sé si el irlandés lo ha propuesto, pero si yo fuera directivo de una aerolínea solo permitiría un sobrecargo por avión y no daría a los pasajeros, gratuitamente, ni cacahuates ni galletas ni café ni refrescos ni servilletas ni nada. El que quiera comer o beber en el avión que pague ahí mismo o que ya suba a la aeronave con sus propios alimentos, coca colas o cervezas.


Cada vez que vuelo pienso en todo lo que gasta Aeroméxico, por ejemplo, en cacahuates japoneses. Esa empresa así nunca será viable. Porque actualmente no lo es y, de plano, en cualquier momento podría seguir el camino de Mexicana. Sobre todo porque las amable sobrecargos son incapaces de decir "no" a los pasajeros que piden dos y hasta tres bolsas de cacahuates. Abusivos.


En México, desde luego, buena parte de la culpa de la crisis la tienen los aeropuertos privatizados que cobran de más a las aerolíneas. Aunque soy neoliberal en extremo, propongo la estatización de los aeropuertos que no pierden, sino ganan, y mucho. Después de pensarlo bastante he llegado a la conclusión de que el gobierno debe subsidiar, no a las líneas aéreas, sino a las terminales. Además, en nuestro país casi todos los aeropuertos actualmente en manos privadas fueron construidos con dinero del erario. Fue un error entregarlos a empresarios incapaces de sacrificar sus niveles de ganancia, y que por lo mismo han encarecido el costo a las aerolíneas. En tanto negocios, solo se han modernizado en lo que tienen de centros comerciales, es decir, son agencias inmobiliarias que rentan espacios a restaurantes, farmacias, tiendas de conveniencia, etcétera. Pero que en lo importante, las pistas y los equipos para apoyar la navegación, apenas han mejorado. Urge poner en orden a las terminales aéreas que, en mi opinión, deben volver a manos del estado.

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