domingo, 5 de septiembre de 2010

TRASCENDIO

Que mientras la maestra Elba Esther Gordillo repartía alfilerazos a diestra y siniestra desde Tijuana, alcanzando hasta al clero, el obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, hacía lo propio desde su diócesis, al poner en el banquillo de los acusados a los políticos “que buscan el poder por el poder, y no como vocación de servicio”.

También censuró las “respuestas superficiales, parciales o falsas” a los problemas nacionales, y cuestionó que la lucha contra el crimen se base en el uso de las fuerzas de seguridad “sin atender de raíz la educación”, clave para hallar una solución.

Y así se siguió contra el aborto, la pobreza, la violencia familiar…

Que finalmente el presidente Felipe Calderón salió del clóset.

Reconoció formalmente como suya la cuenta de Twitter que ha venido manejando, e inclusive pidió a los twitteros que le ayuden a mejorar el nombre de esa misma cuenta.

Así es que con nombre nuevo, el presidente Calderón seguirá haciendo lo que ya todos sabían que hacía, y bien por cierto: adelantar notas de su gobierno en 140 caracteres.

Que, por Twitter, el titular del Ejecutivo anunció que el martes estará en Tabasco para supervisar los trabajos de apoyo a los damnificados por las lluvias.

Que en el gobierno del Estado de México se giró una orden muy específica: atender con especial cuidado y honor a la lideresa del PRI, Beatriz Paredes, y al senador Manlio Fabio Beltrones, en la ceremonia del informe de Enrique Peña Nieto.

Los mexiquenses no quieren que semejantes personajazos se marchen de Toluca con la impresión de que no son bien queridos.

Que hablando de comunicación, la PGR estuvo a punto de atizarle más el fuego al Instituto Nacional de Migración, cuya titular, Cecilia Romero, ha sido blanco de severas críticas tras la masacre de 72 indocumentados en Tamaulipas a manos de Los Zetas.

Y es que, por un error, la PGR había difundido un boletín en el que señalaba que un funcionario del organismo vendía mariguana a extranjeros en plena estación migratoria de Iztapalapa.

La dependencia corrigió de inmediato y precisó que se trataba del empleado de una compañía que presta sus servicios al INM. ¡Menudo error!

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