Que a diferencia de lo ocurrido en el pasado proceso electoral de julio, Andrés Manuel López Obrador no piensa jugar a la ambigüedad respecto a una eventual alianza con el PAN en los comicios del Estado de México de mediados del próximo año.
Ayer, en un mitin en San Cristóbal de las Casas, soltó dos epítetos contundentes al PRD para disuadirlo de la idea de aliarse con el PAN: “Sería una gran traición” y “sería una desvergüenza”. Y advirtió que “pintará su raya” con los líderes perredistas si consuman esa unión.
Aunque por el lado contrario, López Obrador está llevando a cabo exactamente el mismo juego antialiancista que el gobernador Enrique Peña Nieto. Aquí sí que los extremos se tocan. Los dos dirán que así es la política.
Que siguiendo en el tema, el “pacto” entre Peña Nieto y la maestra Elba Esther Gordillo habría arrojado un primer rédito político para la lideresa del SNTE, ya que la diputada de Nueva Alianza, Lucía Garfias, presidirá la Mesa Directiva del Congreso del Estado de México.
Nada mal para Nueva Alianza, tomando en cuenta que sólo tiene tres diputados.
Lucía Garfias se estrenará en el “juego duro” con la discusión y votación de la iniciativa para eliminar las candidaturas comunes en las elecciones del próximo año.
Que todo parece estar puesto para que el Tribunal Electoral de la Federación confirme hoy el triunfo de Jorge Herrera en la elección de gobernador de Durango.
Que mientras sesionaba el Consejo Nacional del PRD para definir la fecha de relevo de su presidente, Jesús Ortega, René Bejarano mostraba el músculo en una asamblea con sus seguidores, que atiborraron el viejo gimnasio olímpico Juan de la Barrera.
Bejarano, sin embargo, habló de la vida, la pasión, el sexo, pero sin marcar una definición política.
Por cierto, más de un lopezobradorista comienza a ver con sospecha los frecuentes encuentros de Bejarano con el jefe de Gobierno Marcelo Ebrard.
Que Carlos Marín debuta esta noche como sinodal en Iniciativa México.
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