lunes, 20 de septiembre de 2010

TRASCENDIO

Que la muerte de José de Jesús Gudiño Pelayo significará algo más que la pérdida de un notable magistrado.

Y es que Gudiño Pelayo era el ministro-equilibrio entre los liberales y los conservadores de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En los últimos años fue también una luz racional para hacer entender a los ministros más conservadores que el mundo había cambiado, y que la dura lex era algo más que un puñado de artículos de la Constitución.

Que, otra vez, el Gobierno del DF responsabilizó al federal de dar un pronóstico erróneo sobre los efectos del huracán Karl en la capital del país, lo que llevó a Marcelo Ebrard a pedir a los ciudadanos que no salieran de sus casas.

Según el secretario de Protección Civil local, Elías Moreno Brizuela, tomaron la información del Sistema Meteorológico, que está integrado a la Comisión Nacional del Agua.

Total, el saldo cerró en 17 encharcamientos.

Que, con eso de que la Ciudad de México se ha vuelto de “las más seguras del país”, varios senadores prefirieron pasar las fiestas patrias en la capital en vez de ir a celebrar con sus paisanos.

Cuatro ejemplos. El priista quintanarroense Pedro Joaquín Coldwell se fue al Auditorio Nacional al concierto de Fernando de la Mora. El perredista Carlos Navarrete dijo que ya poco viaja a Guanajuato. La panista yucateca Beatriz Zavala cuidó de su nietecita. Y el priista sinaloense Francisco Labastida festejó con la familia en su casa de las Lomas.

Más allá del DF, todo es… ¿una película de Luis Estrada?

Que, hablando de fueras de lugar, muy despistado andaba ayer el legislador perredista Emilio Serrano, quien llegó a la Plaza de la Constitución y exigió a los elementos del Estado Mayor Presidencial darle paso hacia la explanada, por llevar la representación oficial de la Cámara de Diputados para el acto conmemorativo de los sismos de 1985.

Su presencia causó sorpresa, ya que es bien sabido que Serrano es uno de los más recalcitrantes opositores a la presidencia espuria de Felipe Calderón.

Pero más tardó en cruzar las vallas que en salir de ahí a toda velocidad, debido a que su “representación” no era para la ceremonia frente a Palacio Nacional, sino para el acto que Marcelo Ebrard encabezaría en la Plaza de la Solidaridad… a unas diez cuadras. ¡Salud!

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