jueves, 14 de julio de 2011

¿Negociar qué y con quién? Una pregunta en busca de respuesta JESÚS SOSA CASTRO

El 7 de julio en el periódico El Siglo de Torreón, apareció un Editorial de Lorenzo Meyer que empieza con una pregunta importante, la cual voy a repetir, para dar inicio a mi Artículo para SDP. ¿Tiene sentido, desde la perspectiva del interés colectivo alcanzar el poder "haiga sido como haiga sido"? Yo digo que no. Buscar el poder por el poder mismo, sin respondernos previamente para qué lo queremos y a quién va servir, simplemente me parece que es una aberración y un acto de inmoralidad política.



Pongo esta pregunta sobre la mesa porque en estos últimos días, periodistas honorables, políticos de media suela y chayoteros profesionales, han desatado una campaña para volver a plantear la conveniencia de una alianza de las izquierdas con el PAN, para “ganar” la presidencia de la República en el año 2012.Algunos de estos “periodistas y opinòlogos”dicen que lo que pasó en el Estado de México, demostró que fue un error que AMLO se hubiera opuesto a la alianza con este partido de la derecha. Todos los que plantean la necesidad de reconsiderar esta alianza, parten de supuestos completamente falsos. Piensan que un pacto de las izquierdas con los yunquistas, llevaría en automático al triunfo electoral. No toman en cuenta que una coalición sin principios, sin programa, acrítica y sin justificaciones ideológicas, tendría como víctima a toda la gente que ha sido afectada por las políticas neoliberales y corruptas de quienes antes y ahora detentan el poder.



¿En dónde están las ideas y las propuestas de gobierno de estos aliancistas conversos que justifiquen o lleven a la nación a salir de la crisis en que se encuentra? ¿Cuál es el programa de Marcelo Ebrard que lo deslinde de la resaca política en que se debaten los panistas y sus aliados vergonzantes como para correr la aventura de ser el candidato del PAN, de Camacho y de los chuchos? Cuáles son las bases éticas de Jesús Ortega, de Carlos Navarrete y de Zambrano para insistir en su alianza con los panistas, cuando en los lugares donde las hicieron o impusieron a sus “cuadros” les dieron hasta por debajo de las ingles?



Lo que pasa es que estos perredistas empanizados ya les gustó la lana y el poder y por eso quieren hacer de sus traiciones una herramienta que les desbroce el camino para llevar al pueblo a otra frustración. Quieren que los ciudadanos pierdan la esperanza del cambio que propone AMLO y MORENA y se extravíen en el mundo de la corrupción y de la impunidad. No se quieren dar cuenta de que millones de ciudadanos han descubierto, aunque un poco tarde, que los nuevos impulsores de la candidatura de Ebrard y su alianza con el PAN, no les interesan los cambios del país sino seguirle dando aire de boca a boca a un proyecto gubernamental que sólo ha desmadrado al pueblo trabajador y a las clases medias. ¿Cuál es la autoridad política y moral del PRD para replantearse la alianza con el PAN cuando los chuchos no apoyaron a Encinas en el
Estado de México a pesar de los esfuerzos personales de éste por limpiarles la cara y el desprestigio que los envuelve a lo largo y ancho del país? ¿Cuál es el proyecto de gobierno que propondría el PAN para ir con las izquierdas al 2012, cuando a la luz de los hechos su gestión gubernamental ha sido un fracaso total, amén de la infamia de haberse robado la presidencia y haber llevado a la nación al límite de una guerra civil? Aguantaría la izquierda y sobre todo el pueblo, seis años más de lo mismo? Con todo respeto para quienes lo plantean de buena fe, les digo que, a mi juicio, están equivocados



Como ciudadano no merezco que una élite de políticos saltimbanqui, mediocres y corruptos, decidan mi futuro y el de la nación en un prorrateo de intereses y puestos, en los que no están representados mis intereses ni los del país. ¡Si la política es negociación, negociemos, pero entre nuestros pares! Unámonos los agraviados, los pobres, los sin empleo, las víctimas de la violencia, las mujeres, los jóvenes, los ancianos, los indígenas, los campesinos, los intelectuales, los creyentes, los maestros, los artesanos; con todos los que no tienen rostro, y hablémosle a la nación. Hagamos compromisos con ella, con la democracia, con la transparencia y con el trabajo. Ninguna alianza con el PAN va llevarnos al triunfo ni mucho menos será garantía de que los problemas del país se van a resolver



Si han de servir para algo la izquierda y los demócratas, que sea para servir al pueblo de México. Los panistas y los priistas, los grandes dueños del dinero y del poder, no les interesa la gente, no les interesa la nación. Ellos viven en la opulencia porque le han quitado valor al trabajo y se han apropiado de la plusvalía que éste produce. Nada de lo que les ocurra a los de abajo, interesa a esta casta de vividores.



Negociemos, sí, pero con los que ya están hartos de las políticas de los panistas y de los priistas. Con los que hasta ahora no tienen futuro. Ampliemos el abanico de la unidad e incorporemos a todos los sectores que han sido afectados por las políticas neoliberales. Abramos un ejercicio de crítica y autocrítica que trascienda los estrechos territorios de las tribus. Recojamos las demandas de todos estos sectores y hagamos las negociaciones y las alianzas con ellos. Lo que plantea Marcelo y sus cofrades no tiene agarraderas de ninguna especie. “La suma de voluntades, como dice Jorge Volpi en el Fin de la Locura, (por cierto hoy defenestrado por Calderón) no desemboca necesariamente en la suma de más inteligencia o de más fuerza” Si hay que sumar no lo hagamos con aquellos que en lugar de significar un avance para la nación, solo conducen al retroceso y a la descomposición social. El PAN, el PRI, los oligarcas y los chuchos en lugar de sumar, restan.



Es evidente que se ha desatado una campaña en contra de AMLO y de MORENA porque son ellos los únicos que a la luz de los hechos están representando el futuro de México. Pero como dice José Ma. Pérez Gay en La caída del Imperio “En los tiempos del odio, cuando más nos asusta el alcance de la miseria humana, es también cuando las virtudes de sus mejores hombres y mujeres, brillan con más intensidad”.

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