lunes, 11 de julio de 2011

TRASCENDIO



Que quien también salió victorioso ayer del estadio Azteca fue el presidente Calderón.

A diferencia del último mandatario que estuvo ahí en un Mundial de Futbol (Miguel de la Madrid, en 1986), Calderón no se llevó abucheos a la hora de ser reconocido por el público.

Mucho le ayudó, claro, que su aparición fuera para entregarle el trofeo de campeona del mundo a la Sub 17. Pero cuenta.

Que después de hacerle el feo a la presidencia nacional del PRD, Lázaro Cárdenas Batel se reactivará en breve para apoyar la campaña de Silvano Aureoles al gobierno de Michoacán.

Con Aureoles harán campaña también Cuauhtémoc Cárdenas y Marcelo Ebrard.

De Andrés Manuel López Obrador, para variar, no se sabe nada.

Que, ahora sí, se están dando los últimos pasos para concretar el encuentro entre el grupo de Javier Sicilia y el Congreso de la Unión.

Según esto, antes de fijar la fecha para la reunión con la Primera Comisión, que preside el perredista José Guadarrama (de no muy clara reputación en el tema de los derechos humanos), el movimiento de Sicilia se encontrará con el presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones, para garantizar las condiciones en las que acudiría a la Comisión Permanente.

Que en Puebla ha resurgido un movimiento conformado por huestes del SME y López Obrador.

Su objetivo primario es boicotear las negociaciones entre el gobierno del estado y el Colegio de Bachilleres.

Pero de lo que se trata en el fondo es de denostar la gestión del gobernador Rafael Moreno Valle. ¿Por no ponerse a mano con ellos, o simplemente por ser un aliancista al que no le está yendo nada mal en su primer año de gestión?

Que hace unos días el cardenal Norberto Rivera y el sacerdote Hugo Valdemar Romero dialogaron con autoridades de la Secretaría de Gobernación en torno de la determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de aplicar una sanción al vocero de la Arquidiócesis de México, por realizar proselitismo electoral contra el PRD.

La reunión fue ríspida y no gustó nada a los jerarcas católicos que la opinión técnica de Gobernación fuera idéntica a la del TEPJF.

¿Esperaban otra cosa?

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