lunes, 9 de julio de 2012

Analistas extranjeros y el dragón de múltiples cabezas- JANE DE LA SELVA

Quisiera comentar brevemente, luego de leer los mismos textos que leyó Federico Arreola sobre la apreciación del periódico El Mundo a raíz del presunto alejamiento de Ebrard de las filas de AMLO y el posterior encumbramiento de parte de los señores que opinan por escrito en diarios extranjeros (o nacionales), alegando que Ebrard sí hubiera ganado la elección presidencial.

Obvio, dadas las evidencias a todas luces antes y durante la elección, estos analistas o han vendido sus opiniones al conocido dragón multi-céfalo mexicano o en el mejor de los casos, padecen de una gran ignorancia sobre lo que sucede en México.

Leo (o algunos leemos) los informativos fuera del país para enterarnos qué publican sobre la política mexicana los hombres que estas empresas mantienen contratados para ilustrar a su público en la materia. Pero sin duda no informan bien. Sus análisis plagados de imprecisiones en su mayoría tergiversan y ocultan la verdad.

Analistas de El País, por ejemplo, se expresan constantemente del PRI y del PAN como si fuesen partidos opositores. Esto, es desconocer la existencia del enorme dragón donde estas dos líneas políticas se personifican, arrojando intermitentes llamaradas entre otras reptiles cabezas que conforman su escamoso cuerpo que prefiero omitir ahora para no extenderme.

En lo personal, y a pesar que reconozco su capacidad para gobernar e inteligencia, no admiro a Marcelo Ebrard pues no confío plenamente en él, es decir, no me parece admirable. Algo en él no me convence plenamente.

Considero que para dirigir un país como México como lo requiere y merece sólo lo podría ejecutar con éxito un ser admirable.

Que a su vez sostenga de crianza de sangre o ambiental, una profunda admiración por las culturas originarias indígenas, base de la semilla de la verdadera madre patria. Que no se sienta hijo de europeo sino de la tierra que lo acogió al alumbrarlo o al adoptarlo, ni presuma su sangre francesa o española por encima de la indígena. Que haya asumido con aceptación el mestizaje, por ser acontecimiento fuera de su control y por ello no guarda residuos de resentimientos ni de superioridad, sino de hermandad.

Parecen olvidar mencionar así mismo estos analistas tendenciosos en el exterior sobre la política mexicana, que Ebrard aún es regente de la ciudad de México y su primera responsabilidad es gobernar la urbe. Estar en su oficina a pie de cañón atendiendo mil y una situaciones que se presentan diariamente. Aplicando el beneficio de la duda a Marcelo ¿por qué su supuesto “alejamiento” del honorable líder social mexicano no podría deberse a lo anterior?

Si quedase colocado en puesto de gobierno al mando del dragón, entonces es que se vería sujeto a incriminación de “pragmatismo” político, o falto de principios.

Lo que debían escribir los narradores sobre México en las páginas de sus diarios españoles u otros, para informar a sus lectores con veracidad, es que a AMLO, lo pide el pueblo bueno y consciente de México, el que hoy lo apoya, lo ha acompañado y acompañará en un destino compartido hasta vencer al dragón de múltiples cabezas. Y que de cualquier manera, Ebrard no es indispensable, porque, el cortar las cabezas al dragón es misión colectiva. Pero insisten que sí los intelectuales de medio pelo como Krauze y compañía, sin credibilidad a causa de su constante manifiesta hipocresía, que escondida yace su indiferencia su desamor por una patria libre y sana que realmente progrese. Pertenecen al gremio de la doble cara, de los individuos débiles copartícipes del México putrefacto. Porque Marcelo sabe muy bien, algo que los analistas extranjeros (y locales) quizá sólo simulen desconocer, que carece de carisma ante el pueblo y por ello no fue ni podría ser considerado como un líder. Y en efecto, como apunta Federico, quien surge fuerte y entero es Miguel Ángel Mancera, cuyo padre fue conocido colega del mío, viejos lobos de la convocatoria para rescatar la pérdida de la ética en los mandos de nuestro país, educado con esos valores el nuevo regente, quien ha declarado avalar y respetar la lucha del indiscutible líder social y moral de México Andrés Manuel López Obrador, porque su exigencia no diferente de la suya, radica en perseguir el Estado de Derecho, el de la legalidad y el de la justicia que verdaderamente y sin intercesión de actos inconstitucionales corresponda a los hechos.

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