jueves, 12 de julio de 2012

El intento de imponer a Peña Nieto. Un escándalo internacional.. JESÚS SOSA CASTRO

Se habla de que cerca de cinco millones y medio de votos fueron sustraídos por el PRI para hacer los carruseles y burlar la voluntad ciudadana el día 1º de julio. Por todas partes, incluyendo EU, están apareciendo montones de pruebas de que el fraude fue descomunal. El PRI ni siquiera guardó las formas. Lo hizo de manera inmoral en las zonas rurales y en la ciudadades. Apostó a la impunidad, a la complicidad de los órganos electorales, al hambre de la gente y al poder económico y político que tienen los camajanes. El PRI supuso que esta acción de mapachería y de traición a la democracia, quedaría impune como han quedado los hechos sangrientos del 68, del 10 de junio, el crimen contra los campesinos de Aguas Blancas, el asesinato masivo de indígenas de Acteal y lo de San Salvador Atenco.

¡Pero se equivocaron los mapaches de este viejo partido! No valoraron el encabronamiento y la inteligencia de los ciudadanos, incluyendo a los que por hambre vendieron su voto o se prestaron a tales porquerías para denunciar estos hechos. Tampoco entendieron estos señores el enorme significado de la movilización de miles y miles de ciudadanos a lo largo y ancho de México y la respuesta puntual y acertada de los jóvenes ahora agrupados en #YoSoy132. Los priìstas usaron los viejos recursos del poder para desinformar a la opinión pública y crear las condiciones para imponer al más inepto de los personajes que han aspirado a gobernar el país.

Pero estos engendros de la mapachería y de la trácala no se previnieron contra la audacia del pueblo. Ni el dinero público, ni la presión, ni el chantaje, el hambre y el miedo, factores determinantes en el comportamiento social y político de los sectores más empobrecidos e incultos de la población, pudieron impedir que del 1º de julio a la fecha, millones de ciudadanos estén descubriendo las trapacerías que hicieron los priistas, antes y durante el proceso electoral con el firme propósito de imponer en la presidencia al pelele de televisa. Hoy, con montañas de boletas descubiertas y con miles de millones de pesos como pruebas del fraude, la bufalada no sabe qué hacer con la mierda que está cayéndole sobre la cara. Jamás percibieron que los hambrientos y los ignorantes lo que vendieron fue su voto pero no su honor ni su dignidad.

La oligarquía y su peonada, en cambio, confirmaron que siguen siendo los mismos dinosaurios. Actuaron con absoluta inmoralidad. Se comportaron como ladrones que asaltan en despoblado porque se saben apoyados por los retruécanos del sistema político. Son cínicos y viles. Nunca les ha importado la pobreza ni la ancestral lucha del pueblo por la equidad y la justicia. Decidieron negarle ese derecho a la gente y se fueron con todos los recursos a su alcance. Hasta ahora, no les ha merecido respeto la movilización y la protesta de millones de mexicanos en México y el mundo. ¡Les vale madre las protestas! Se trata de conservar el poder porque eso es lo que da sentido a su atrabiliaria conducta. No importa que se viole la ley, que se pase por encima de los anacrónicos y cómplices órganos jurisdiccionales. Hay que obedecer a Televisa, a TV Azteca, a Milenio, a Salinas y a los demás corifeos del sistema. Su rapacidad y su comportamiento rompieron el límite de la moralidad pública para dar paso a la desvergüenza nacional

¡Si logran imponer al pelele de PN, este pueblo no va a quedarse ni quieto ni callado! Vamos hacer de la protesta y de las demandas, la principal tarea de la gente. Ese será el sentido principal de nuestra lucha. No dejaremos espacio para que la derecha se agrupe y convierta al Congreso en el estercolero de leyes que sólo sirvan a la oligarquía y afecten los intereses del pueblo trabajador. Creo que ha llegado la hora de reorganizarnos para avanzar en nuestro Proyecto de Nación. ¿Cómo? Exigiendo la nulidad de las elecciones y creando las bases para una rebelión cívica que recupere el derecho a la democracia y resuelva los problemas que exige la otra mitad de la nación.

A la vista del mundo, hay materia suficiente para anular el proceso electoral. En un Estado de derecho, las instituciones encargadas de impartir justicia son las que tienen la última palabra. Como en México, estas instancias han sido corrompidas por la mafia que realmente gobierna en el país, es la movilización masiva a nivel nacional e internacional lo que pueden modificar la carrera de los búfalos. La oligarquía es la responsable de lo que le pasa a este país y ya es tiempo de que nos conozca en el terreno no solo de las protestas sino de las exigencias y soluciones de nuestras demandas. ¡No le hagamos fácil la tarea! Exijamos lo que nos corresponde por legítimo derecho, desde el congreso, desde las calles y desde las plazas públicas. Esos son nuestros espacios y allí está la fuerza de nuestras luchas históricas.

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