jueves, 26 de julio de 2012

Está por verse si el mexiquense se colocará la banda presidencial en diciembre, advierte- López Obrador reta a Peña Nieto a debatir sobre los gastos

de ambos en campañas
Propone comparar cuánto dinero y bienes poseen ambos y cómo los hemos adquirido
Enrique Méndez y Alma Muñoz

Periódico La Jornada
Jueves 26 de julio de 2012, p. 7
Andrés Manuel López Obrador invitó a Enrique Peña Nieto a contrastar públicamente la información sobre el gasto de ambos en la campaña electoral, así como de lo que tenemos, del dinero que poseemos, de nuestros bienes, cómo los hemos adquirido y quién compró votos y quién no, con todas las pruebas, y sostuvo que está por verse que el priísta pueda ceñirse la banda presidencial el primero de diciembre.

Pidió a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) prudencia en sus declaraciones, luego de que Pedro Penagos afirmó que las marchas no influirán en el fallo sobre los comicios.

López Obrador advirtió que no habrá nada que justifique la validez de la elección presidencial, porque es muy evidente que se utilizó dinero a raudales para comprar votos y se violó la Constitución.

En conferencia de prensa, el candidato del Movimiento Progresista consideró que sería muy sano que él y el aspirante presidencial priísta aclaren ante los medios de comunicación el manejo de recursos en una especie de intercambio de puntos de vista, para no hablar de debate.

López Obrador, acompañado de los dirigentes de PRD, PT y Movimiento Ciudadano, insistió: tengo muchas cosas que preguntarle (a Peña Nieto), que no se han ventilado en los medios. ¿Cuánto se gastó en sus viajes a Miami? ¿Quién compró la casa donde vive, en Las Lomas? ¿Qué tuvo que ver Televisa en esta compra? Estoy hablando no de un departamento, (sino) de una casa valuada en cerca de 30 millones de pesos.

En la conferencia, donde anunció que el equipo jurídico de la coalición Movimiento Progresista presentará pruebas supervenientes del caso Monex y que el domingo habrá asambleas informativas en 142 plazas públicas para recabar más elementos del caso, resaltó que no dejará de insistir en que el tricolor incurrió en lavado de dinero en el manejo de fondos para la campaña de Peña Nieto.

No es poca cosa. Es una pandilla que está asaltando el gobierno de la República y se quiere quedar con el país. Y vale más hablar claro y que todos los ciudadanos sepan cuál es nuestra postura, expresó.

Rechazó la acusación del PRI, que insistió el lunes en señalar el presunto uso de mil 200 millones de pesos entre 2006 y 2011 en giras y otras actividades realizadas en todo el país y evaluó que al revivir su queja, interpuesta el 8 de junio, el tricolor refleja nerviosismo porque cada día surgen más pruebas sobre la manera en que se habría financiado la estructura de promoción electoral de Peña Nieto.

Los malandrines creen que todos son malandrines, respondió a los dirigentes priístas que pidieron una discusión sobre el tema en la sesión de este miércoles en el Instituto Federal Electoral.

Mordaz, dijo sobre la cúpula priísta: ahora me están viendo. Porque cada vez que convocamos a una conferencia se reúnen para vernos. Les mando decir que no vamos a permitir que un grupo de corruptos se apodere del país ni que se establezca, como forma de vida y sistema de gobierno, la corrupción.

En este punto, afirmó que si los dirigentes del PRI tienen duda sobre su integridad, es muy sencillo de arreglar, con un contraste de información entre él y el candidato priísta.

El tabasqueño planteó que el intercambio se dé, además de ante los medios, frente a un grupo de ciudadanos, y si el priísta acepta, en la sede del TEPJF.

Pero, reprochó, Peña Nieto manda a Pedro Joaquín (Coldwell). ¡Puras finísimas personas! ¿Cómo se llama el de Hidalgo? (Jesús) Murillo Karam y (Miguel Osorio) Chong. No es con ellos, es con Peña Nieto y con los jefes del mexiquense.

Resaltó que hay nerviosismo porque las pruebas sobre la compra de votos son contundentes. Preguntó a los reporteros: ustedes que, además, son ciudadanos, ¿quieren que México sea gobernado por una pandilla de rufianes? ¿Quieren eso para sus hijos y sus nietos?

Desde el fondo del salón varios informadores respondieron: no. Y López Obrador cerró: bueno, ahí queda eso.

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