miércoles, 11 de julio de 2012

No es lo mismo vender que comprar votos-- POLIMNIA ROMANA

Me opongo rotundamente a descalificar sin tratar de entender a la gente que vendió su voto al PRI. Quien no haya tenido una rachita de escasez económica difícilmente podrá comprender que la gente que vive al día no sólo es capaz de vender su voto sino hasta su alma al diablo para tratar de resolver sus problemas urgentes. Otras personas, que no tienen tanta premura económica, han sido bombardeadas a través de los medios de comunicación con la idea de que TODOS LOS POLÍTICOS SON IGUALES, así que les da lo mismo votar por uno que por otro pero se inclinan, desde luego, por quien a cambio de su voto les ofrece dinero en efectivo, una bicicleta, una buena despensa, una estufa eléctrica aunque no tengan luz, una tarjeta para comprar en un supermercado aunque en su pueblo no haya supermercados, una cubeta de pintura, un bulto de cemento, un abundante desayuno o tres tortas y un refresco familiar.

La ignorancia y la falta de información han sido siempre el instrumento ideal para conservar el poder y desde ahí mantener al pueblo aletargado y sometido a lo que la élite privilegiada disponga, aunque esas disposiciones jamás obedezcan a las necesidades de las mayorías hundidas en la pobreza y la desesperación.

El viejo canje de espejitos de colores sigue funcionando a más de 500 años de la conquista. El ORO es tan valioso como el VOTO que puede poner un hasta aquí al régimen de impunidad y corrupción que nos tiene en esta severa crisis.

Pero eso no lo dicen los medios de comunicación deshonestos y cómplices del sistema, al contrario, lo callan. Tampoco los conquistadores dijeron a los indígenas el verdadero valor del oro y los obligaron a cargar con sus manos agrietadas costales y costales de lingotes a cambio de absolutamente nada.

Ese secreto fue guardado y es el tesoro de la derecha, llámese PRI o PAN.

Que nadie sepa el valor de una decisión libre, que nadie conozca que el miedo está en los explotadores y no en los explotados. Que nadie imagine siquiera que existen caminos distintos a los que ha recorrido con una venda en los ojos.

Para los traficantes de oro y votos, guardo un sentimiento de desprecio y un reclamo de justicia.
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En esta ocasión no estoy de acuerdo con lo escrito aquí por Polimnia, sin embargo entiendo lo que aquí se escribe porque se hace desde una posición política.

No podemos justificar la venta de votos, en ese sentido justifiquemos muchos delitos sólo por la pobreza, es decir, los 50 millones de pobres que tenemos en México están perdonados por sus delitos, es absurdo.
Aunque la ley castiga la compra de votos, no castiga su contraparte, la venta de votos, sin embargo el que no se castigue la venta no exime a esa acción de que se le considere un acto bajo, éticamente reprobable y además claro propio de ignorantes.
Es muy cierto que muchos, además de pobres, son ignorantes y son presa fácil de engaños y manipulaciones de todo tipo. Sin embargo también es cierto que muchos, siendo pobres, tienen conciencia de la realidad en que viven y tienen al menos una idea de que muchos de sus actos pueden considerarse delitos. Hay al menos un video por ahí donde aparecen dos señoras de clase pobre, que son descubiertas como compradoras de voto.

MUCHOS TIENEN HAMBRE, PERO MUCHOS DE ÉSOS TAMBIÉN TIENEN DIGNIDAD Y HONESTIDAD.

Independientementemente de que cambien como aquí se dice oro por espejitos, la compra y venta de votos es propio de gente baja y corrompible, independientemente también de su status socioeconómico, o qué ¿Sólo hay que castigar a los ricos y no a los pobres? Porque no pasemos por alto que hubo gente no necesitada que también vendió su voto, a lo mejor más caro pero lo vendió.
Y es que en esta columna se pasa por alto algo muy importante, aunque desagradable: Que la corrupción está metida en toda la sociedad, tanto en el rico como en el pobre.

En lo personal yo no confiaría en una persona que vendió su voto, no por ignorante, sino por su falta de ética ¿O ustedes si confiarían?

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