martes, 17 de julio de 2012

Primero el editorial de El País, ahora el juez Garzón descalifican a AMLO-- JOSÉ LUIS CAMACHO ACEVEDO

Lo que fue calificado por una gran cantidad de columnistas como un durísimo editorial del periódico español El País en contra de Andrés Manuel López Obrador, por la naturaleza unilateral y beligerante de su impugnación al triunfo de Enrique Peña Nieto, ha generado una corriente internacional de opinión negativa para la imagen del tabasqueño.

Los de El País le dijeron que era una “lastre para la izquierda”. Y López Obrador solamente acertó a injuriarlos calificándolos de periodistas coloniales, sin argumentarles en contra la exhibición de sus pruebas plenas.

La crítica internacional sigue. En Fresno, California, la organización Pro-México que encabeza el México-norteamericano Alberto Alarcón, aseguró que la imagen de nuestro país está seriamente dañada por la protesta alarmista y egocéntrica del tabasqueño. Alarcón fue pieza clave para que varios estadounidenses demócratas de origen mexicano ganaran posiciones tan importantes como la de Villaraigoza como alcalde de Los Ángeles. No es cualquier político.

Ahora es el juez Baltazar Garzón, célebre por haber arraigado al dictador chileno Augusto Pinochet acusándolo de crímenes cometidos en su sangriento mandato después de que derrocó y asesinó al Dr. Salvador Allende, muchos de esas muertes fueron en contra de españoles.

El juez Garzón ha dicho que las pruebas y los argumentos de Andrés Manuel López Obrador para impugnar el triunfo de Enrique Peña Nieto son tan inconsistentes como insuficientes como para anular la elección en la que participaron cerca de 50 millones de mexicanos.

La conferencia de prensa en la que el líder nacional de los priístas, Pedro Joaquín Coldwell, expuso las razones por las que no hay base jurídica para sustentar una impugnación como la que presentará al TRIFE López Obrador, es la primera señal de que la fortaleza jurídica del triunfo de Enrique Peña Nieto es tal, que nacional e internacionalmente, el político de Atlacomulco ya es reconocido como el candidato ganador de las elecciones del 1 de julio pasado.

Pero la respuesta de López Obrador sigue siendo la misma. Las elecciones deben anularse.

Lo que esperan sus seguidores es que AMLO sostenga vigentes las demandas sociales que enriquecieron su propuesta y le hicieron ganar 15 millones de votos.

Reducir los marginalismos sociales y económicos que afectan a millones de connacionales; castigar a los funcionarios corruptos; mantener la soberanía de nuestros recursos y modernizar la administración pública por medio de las reformas pendientes como la política, la económica y la laboral con un carácter social sin discusión.

El pueblo es el que interesa.

Si ya El País en su editorial y ahora el reconocido Juez Baltazar Garzón le dijeron a López Obrador que su impugnación es improcedente, debe cuidarse de que no lo encasillen en la obsesión por el poder que lleva a la sedición y a la perturbación del orden social.

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