martes, 23 de julio de 2013

Bartra “ataca” de nuevo; sus fantasías acerca del petróleo y otras más

HÉCTOR PALACIO@NietzscheAristolun 22 jul 2013 21:27
  
En la atmósfera post electoral de 2006, escribí una serie de réplicas a los críticos del fuerte movimiento de protesta social contra el fraude. Roger Bartra, entre ellos. Como el tiempo otorga dimensión y posibilidades y ante la aparición estelar de Bartra en las páginas de SDPNoticias en una buena entrevista de Federico Arreola (buena, porque ahonda en la postura ideológica que ya conocemos), estamos ante una nueva oportunidad de comprender mejor su pensamiento.
Lo interesante ahora es su opinión sobre la muy difundida reforma energética, de la cual no se conoce sino las palabras de Peña Nieto al Financial Times y las afirmaciones reveladoras de Luis Videgaray alWall Street Journal en abril de 2012 (“It's time for us to get rid of these ideological straitjackets”; frase emblemática).
En mi intento de comprender y caracterizar a Roger Bartra, he procurado aun, desde hace tiempo, avanzar la lectura de un importante libro suyo, La jaula de la melancolía. El planteamiento es atractivo. Que el carácter del mexicano es una entelequia artificial, una ficción literaria y mitológica. Que el estado mexicano, en busca de legitimación, el PRI y los intelectuales y artistas del siglo XX, en un deseo de consolidar una idea de “lo mexicano” y el sentido de lo nacional, utilizaron, impulsaron y aun manipularon “una compleja mitología que tiende a sustituir el formalismo de la democracia política por una imaginería que provoca una cohesión social de tipo irracional”. Claro, aquí hablamos de la época pre-moderna del PRI, que ahora, por ejemplo, ve en la nacionalización del petróleo de 1938 ya no un símbolo de soberanía e inteligencia, sino una camisa de fuerza ideológica, como plantea Videgaray. No obstante lo atractivo, aunque no necesariamente certero en la totalidad de sus planteamientos, mi objetivo de avanzar la lectura fracasa constantemente por la aridez y la llana prosa de Bartra. La pluma no fluye y acaba uno por volver a Borges.
Caracterización de Bartra considerando sus propias definiciones: Hombre que se autodenomina de izquierda de formación académica europea que, aunque mexicano de origen español, no puede comprender o interpretar a un mexicano nativo, mestizo o aun “criollo” con raigambre, si no es a través  de un complejo tramado teórico del cual escapa forzosamente el sentido de pertenencia. De allí que por mucho que le atraiga el ajolote o el mole de guajolote, no podrá más que aplicar una mirada “objetiva”, inteligente, teórica, profiláctica, sobre el plato y las tortillas. De allí que, a diferencia de quienes encuentran –más allá de la mitología que todas las sociedades complejas poseen y de los usos del estado- una identidad nacional en un conjunto de elementos locales o mestizos, comprenda con mayor facilidad lo que se plantea como la modernidad de un mundo globalizado donde la identidad nacional se descalifica como trasnochada y el interés sobre la riqueza local como algo retrógrado y conservador. De allí que Bartra, aunque se denomine de izquierda, coincida más bien con la derecha que hoy en día se encuentra agrupada en este país en el “Pacto por México”.
Antes del asunto del petróleo, algunos puntos aclaratorios sobre afirmaciones de Bartra a Arreola.
1. Anti-criollismo. Ha habido un nacionalismo anti-criollo en México. Extraño señalamiento. Si se revisa la nómina de los funcionarios del gobierno actual y los del pasado, predominan, sobre todo en los cargos de jerarquía, los apellidos “criollos” de todo tipo, anglosajones y españoles. En todo caso, hay que estudiar más a fondo el tema.
2. Impuestos. Plantea la aparente paradoja de la izquierda mexicana que se opone al alza de impuestos cuando la izquierda mundial busca gravar a los ricos empresarios. Bueno, no sé dónde ha estado metido Bartra. Es lo que se ha demandado, que se grave a los que no pagan impuestos correspondientes a sus ingresos (y que no se grave medicinas y no se aumente el IVA).
3. Izquierda conservadora. Todo lo que defienda lo nacional o el interés social es conservador. Se desprende que lo revolucionario es lo “moderno”, la globalidad, el “Pacto por México”. Se podría entender esta perspectiva desde un “eurocentrismo” complacido en su vida democrática.
4. Populismo. Califica de populistas a Cuauhtémoc  Cárdenas y López Obrador. Ya se ha dicho, por ejemplo, que convertir deudas privadas de los ricos en deuda pública (Fobaproa), se le ha llamado “rescate bancario” y a los programas sociales que existen incluso en las sociedades ultra capitalistas como Estados Unidos, populismo.
5. Krauze. Que a Krauze se le ha criticado o atacado por su origen. Falso. Ha sido criticado por su involucramiento, siendo intelectual, en el mundo de la política tomando claramente partido contra la izquierda y, en el caso del petróleo, contra el interés de la nación. Decir lo contrario es sofisma.
6. Derecha moderna. Bartra es propositivo, en 2013 elogia lo que hizo ya en 2006. Dijo entonces que la de Fox era una “derecha moderna y pragmática”. Y de Calderón: “una derecha, centrista y pragmática, con una pronunciada vocación democrática, animada por un humanismo católico laxo y tolerante” (“Fango sobre la democracia”) Uf.  Revisen esos doce años de gobierno, señor@s, y cotéjenlo con el diagnóstico del doctor.  
El pensamiento de Bartra sobre el petróleo se reduce a lo siguiente:
A. "Yo creo que lo que se ha planteado es básicamente positivo, comprendo que el modelo que se toma, que parece ser el brasileño, despierta muchas sospechas y es interpretado como un intento de privatizar a Pemex. Evidentemente si uno con seriedad lee todo lo que se ha dicho, no hay nada de eso, no es un intento de privatizar, solo es un intento de modernizar y de inyectar capital privado nacional y extranjero a Pemex… Por un lado están las razones técnicas, económicas que avalan la necesidad de modernizar Pemex, y por otro lado está la simbología nacionalista cuasi religiosa que ha identificado a Pemex con el carácter nacional del mexicano. Si entra capital extranjero a la industria petrolera es como si a la identidad nacional le pusiesen una inyección de cultura gringa. Es pecado.”.
B. “Si yo fuera del PRD seguiría adelante con la reforma energética, pero impulsaría explicaciones racionales sobre la necesidad de reformar el sector energético. Espero que eso sea lo que realmente ocurra, que el PRD a pesar del griterío se mantenga.”.
O Bartra desconoce las declaraciones de Peña Nieto o no desea sopesarlas. Justamente, si se lee todo lo que se ha dicho, estamos ante un intento de privatizar Pemex a través de los “contratos de riesgo” y el reparto de la renta petrolera. ¿Desconoce Bartra que Pemex no está en quiebra sino sobreexplotada por la secretaría de hacienda la cual sustrae el 67.4% de sus ingresos? ¿Que existen 173mil millones de pesos en reservas que pueden utilizarse para la inversión? ¿Que Pemex, con el número 34, es una de las empresas más rentables del orbe? ¿Que la tendencia internacional es hacia la re-nacionalización, la salvaguarda, no la privatización de producto tan estratégico? ¿Cómo entonces, compartir la riqueza para la cual existe capacidad de auto inversión, de generación (o se compra la tecnología necesaria), cómo, si la diferencia entre producir un barril de petróleo y su valor en el mercado es de 100 o más dólares? Etcétera.
Aquí no se trata de argumentos mitológicos, religiosos, ideológicos o como quieran llamarle. Se trata de un asunto de grave consideración técnica. Es más, tampoco es un problema de torpeza o ignorancia de los pro-privatizadores del gobierno, más bien, un apetecible negocio que puede generarles en lo personal (y para su “retiro”), enormes ganancias.
Es evidente que Bartra como muchos otros pro-reformistas pretenden descalificar no desde el punto de vista técnico sino desde el ideológico (el cual exigen, paradójicamente, eliminar para dar paso a la “modernización”), con el cuento, SU fantasía, del nacionalismo trasnochado y la modernidad necesaria. ¿Por qué no aceptan el reto del debate técnico entonces, ya que tanto menosprecian el valor “ideológico” del nacionalismo?
P.D. Y les comento que tomo ahora un single malt en mi elegante y estética Orrefors de cristal. ¡Salud! 

No hay comentarios: