domingo, 21 de julio de 2013

Dos severas contradicciones de Barack Obama

HÉCTOR PALACIO@NietzscheAristosáb 20 jul 2013 23:33
  
En su artículo del 19 de julio en Democracy Now!, “Que el legado de Mandela sirva para arrojar luz sobre las injusticias en Estados Unidos”, la periodista Amy Goodman toma  como pretexto la celebración mundial del aniversario 95 del líder sudafricano para exhibir de manera evidente una contradicción de Obama y dar pie al registro de otra más.
1.- Mandela-Guantánamo. Barack, Michelle y sus dos hijas visitaron la jaula del apartheid de la Isla Robben, en Sudáfrica, donde Mandela estuvo cautivo 18 del total de 27 años que lo mantuvieron en prisión, y desde donde saldría en 1990 para cuatro más tarde ganar la primera elección presidencial e iniciar así un giro drástico en la política de ese país y en la percepción del mundo sobre las injusticias que se cometen al anteponer la condición racial al sentido humano.
Obama expresó y registró grandilocuentes palabras para exaltar la vida de Mandela cuando simultáneamente en Guantánamo, Cuba, continúa en funciones una prisión que en campaña se comprometió a clausurar. Goodman registra la declaración de un coronel retirado de la fuerza aérea quien renunció a su posición como principal fiscal militar en Bahía de Guantánamo en 2007, pues se negó a extraer declaraciones mediante la tortura. “Y la mayoría de ellos (de los prisioneros) tienen autorización para ser liberados o transferidos de allí. Y si bien no han llegado a pasar 18 años en prisión como Mandela, hay gente que ha estado allí durante once años y medio, y se les ha dicho que tienen autorización para regresar a sus hogares y, sin embargo, permanecen en prisión”, dijo Morris Davis.
2.- Martin-Snowden. En la semana se dio el veredicto que libera a George Zimmerman, el asesino del adolescente negro Trayvon Martin en febrero de 2012. Ha sido tan escandaloso el asunto, pues tanto el crimen como el proceso son clara expresión de una mentalidad racista (un joven caminando luego de salir de una tienda, es espiado, perseguido y finalmente asesinado en supuesta defensa propia por Zimmerman, quien como se ha dicho, si el adolescente hubiera sido blanco, no lo hubiera visto como sospechoso y por tanto no lo habría seguido, asediado y asesinado), que el propio Obama habló sobre él y sobre la indignación que ha causado entre la comunidad afroamericana, pues tanto el asesinato como el veredicto son expresión de que el histórico racismo es aún vigente; con todo y presidente moreno.
Obama dijo que Martin pudo haber sido él mismo años atrás, que muchas veces se sintió vigilado y seguido al entrar a una tienda, por ejemplo (“Trayvon Martin could have been me”; CNN, 19-07-13). Es evidente que la condición racial llevó a la injusta muerte del joven. Y sin embargo, por otra parte, hay ahora mismo un perseguido blanco por Obama, Edward Snowden (o dos, si se considera a Julian Assange, aunque no sea estadounidense), quien hoy se esconde en el aeropuerto de Moscú en espera de asilo político, pues dio a conocer al mundo algo que ya se sabía, aunque no la dimensión de ello: que Obama y Estados Unidos espían ese mundo, se meten a la vida privada de todos vía el universo virtual (incluyendo al silente México, por supuesto).
El espiado por negro, Obama, espía ahora, por poder y control, al mundo en una suerte de Big Brother orwelliano hecho realidad en 2013.
¿Y cómo andamos México que a más de racismo existe clasismo?

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