miércoles, 10 de julio de 2013

#Puntossobrelasíes

Ligas peligrosas

La urgencia de crear, en el peor de los casos un nuevo frente político, y en el mejor, de apoderarse del control nacional del PRD, tiene muy atareado al ex jefe de Gobierno del DF.
 
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Vientos de tempestad soplan en los dominios de la izquierda mexicana. Y Marcelo Ebrard es quien está provocando el efecto mariposa.
La urgencia de crear, en el peor de los casos un nuevo frente político, y en el mejor, de apoderarse del control nacional del PRD, tiene muy atareado al ex jefe de Gobierno del DF.
Sobre todo cuando Los Chuchos traen agenda propia y que Miguel Ángel Mancera no resultó ser el sucesor incondicional que se esperaba.
Por eso el popular Ebrard está agitando las aguas. Porque intenta hallar su lugar entre lo que considera una izquierda extrema de López Obrador, una centrista de Los Chuchos y una institucional de Mancera.
Porque está arrepentido de no haber apostado su resto en una candidatura presidencial que –hoy está seguro– lo habría instalado en Los Pinos.
Y quizás porque alberga fundados temores de que las cuentas no cerradas de la Línea 12 del Metro le puedan significar un eventual descalabro político, con efectos hasta el 2018.
Sin embargo, en la urgencia de tomar posición y posesión como una nueva voz desde la disidencia, Ebrard está pactando hasta con el diablo. Y en este caso el de la cola tiene nombre y apellido: René Bejarano.
La alianza entre el ex jefe de Gobierno del DF y el llamado “Señor de las ligas” –aquel que apareció en videos embolsándose grandes cantidades de efectivo que le entregaba el constructor Carlos Ahumada– está concretándose. Y será en los días por venir causa y motivo de sacudimientos políticos.
Primero, porque ninguna de las fuerzas que hoy ocupan el espectro de la izquierda van a permitir con tanta facilidad un nuevo rival en el campo de juego.
Segundo, porque pocos entenderán que el Marcelo Ebrard que ayer condenaba y marcaba distancia de Bejarano, revire para ligarse a quien dista mucho de proyectar la imagen limpia que busca el ex jefe de Gobierno del DF.
Sobrarán quienes digan que este análisis es poco pragmático. Y que el fin justifica los medios.
Que Ebrard no tiene otra que reconocer que el único enemigo común de sus enemigos es Bejarano. Y que solo por eso es su aliado y amigo.
Bejarano, por su parte, marginado del PRD y del nuevo gobierno capitalino, diría que no tiene otro camino rumbo al 2018 que depositar el poder que todavía tiene en Ebrard.
Pero eso sería tanto como subastar a un sector de la izquierda al mejor postor. De Bejarano lo entendemos. Ya lo vimos operar los fajos de billetes. ¿Pero de Ebrard?

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