lunes, 1 de julio de 2013

RICARDO MEJÍA Deudas estatales: Servirse con la cuchara grande


Muchas son las características que identifican a personajes como Granier, Moreira, Fidel Herrera y otros tantos, tristemente célebres, miembros de la clase gobernante en México, que parecen cortados con la misma tijera. Sin embargo, una que los retrata de cuerpo entero es su tendencia a los excesos, a ejercer el poder de manera abusiva y sin límites, a servirse con la cuchara grande con el dinero de los ciudadanos.
Además de la corrupción e impunidad que impera en el ejercicio del poder público, el origen de la deuda pública que hoy afectan las finanzas en varios estados y municipios, tiene que ver con las corruptelas de sus gobernantes al disponer de los recursos públicos.
Pareciera que nuestro país, la corrupción e impunidad se han vuelto parte de la vida diaria de los mexicanos, que es un mal endémico. Debido a la debilidad de nuestras instituciones, existe un amplio campo para la arbitrariedad y la satisfacción de intereses particulares a expensas de necesidades comunes. Pero, los responsables tienen nombre y apellido.
La deuda en sí misma no es un problema cuando es racional, transparente y sustentable, de hecho, para el buen funcionamiento del sistema financiero, el crédito, la inversión y contratación de deuda, se requieren para potenciar el crecimiento económico y el desarrollo de las comunidades. El problema comienza cuando se adquieren deudas impagables, y el destino de los recursos no es la inversión pública, sino la satisfacción de intereses personales. En estos intereses personales, lo mismo están los que tienen fines electorales para garantizarse la continuidad comprando la voluntad popular con dádivas, y también están en sus intereses personales, la vida de opulencia en que se instalan junto con sus familias y funcionarios más allegados.
Sin embargo, el origen de los abusos y excesos de cada uno de estos personajes de la clase gobernante está más allá de una mera característica personal, su raíz es sistémica, y ahí es donde se debe atacar. Uno de los asuntos más urgentes por atender de nuestra inacabada democracia es el hecho de que la mayoría de los gobernadores, se han convertido en verdaderos señores feudales, con el control y dominio de lo que ocurre en su territorio.
Con la alternancia en la Presidencia de la República, los gobiernos en los estados tuvieron manos libres para aumentar sus ingresos vía deuda pública, con el objetivo populista de gastar más, pero sin atender el lado del ingreso para evitar caer en grave déficit presupuestal, como ha ocurrido constantemente durante los últimos años. Con el control de los Congresos locales, los gobernadores no tuvieron dificultad para obtener la aprobación inmediata de todo endeudamiento solicitado.
Los datos ilustran como, el tema de las deudas estatales y municipales, responden a un sistema de complicidades, amparados desde las más altas esferas del poder, con la venia de los poderes locales, siendo al final, la ciudadanía, quien no se ha visto beneficiada de esos recursos públicos y sí deberá pagar las consecuencias, pues los excesos y abusos de los gobernantes se han hecho con cargo al erario público y deberán pagarse a los acreedores.
Como parte de ese sistema de complicidades, el gobierno federal ha pretendido minimizar la gravedad de la situación al decir del propio Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que los estados y municipios en su conjunto no tienen un nivel de endeudamiento que ponga en riesgo ni las finanzas federales ni mucho menos la economía nacional. Aún cuando el equipo del titular del Ejecutivo ha tratado de minimizar la gravedad de la situación, ésta ha llegado a niveles en los que actualmente, los pasivos estatales y municipales equivalen al 14.7% de la deuda externa total, son 3.5 veces mayores al monto asignado a educación en el 2012 y 4.7 veces lo destinado a desarrollo social.
El endeudamiento de Estados y Municipios, en los últimos años, ha registrado un crecimiento sostenido de las deudas estatales de 1.6 a 2.9%, respecto al Producto Interno Bruto, y un aumento de 64.5 a 86.1%, en relación con las participaciones federales. Es decir, de 2008 a 2012, el saldo total de la deuda de las Entidades Federativas y los Municipios pasó de 203 mil 070.2 millones de pesos a 434 mil 761 millones de pesos. Como consecuencia, las finanzas públicas estatales se han vuelto insostenibles, teniendo casos donde las deudas han aumentado entre 200 y 900 por ciento.
Es significativo, tener presente también que entre los Estados más endeudados al cierre del 2012 están el Distrito Federal con 58 mil 773.8 millones, Nuevo León con 46 mil 952.9 millones, Veracruz con 40 mil 028.9 millones, Estado de México con 39 mil 929.3 millones, Coahuila con 36 mil 421.7 millones y Jalisco con 26 mil 015.3 millones. En los primeros de esta lista, la deuda se refleja en el tamaño poblacional y crecimiento económico. Sin embargo, también están casos como el de Coahuila, que sigue siendo uno de los más endeudados y la población se encuentra en cada vez peores condiciones de inseguridad y estancamiento económico. Coahuila es el estado con mayor endeudamiento per capita: 12,800 pesos por habitante. Todo ello mientras Humberto Moreira vive como Rey en Barcelona y su hermano Rubén le cubre las espaldas.
También se tiene que los estados que más aumentaron la deuda el último año son: Tabasco con un incremento de 66.32%, Zacatecas con 43.5%, Veracruz con 43.2%, Sinaloa con 40.7% y Chihuahua con 34.4%. Esto se acentúa en gobiernos en los que quedaban pocos días de administración. Como ejemplo tenemos los casos de Chiapas, 5 mil millones de pesos faltando tres meses, y Tabasco, 4 mil 130 millones de pesos a 40 días de concluir.
Todos estos datos, ponen en evidencia que el sistema de complicidades, abusos y excesos han permitido que los gobernadores vacíen las arcas públicas. Los principales motivos por los que esto sucede son: la falta de monitoreo y leyes efectivas, la subordinación de los poderes legislativo y judicial locales a cacicazgos gubernamentales y una presidencia sin voluntad para combatir el mal de raíz. Es por esto que resulta de suma importancia poner especial atención en el caso y tomar medidas que permitan poner un alto a las deudas indiscriminadas, pero sobre todo, acabar con la impunidad que reina entre quienes forman parte de esa clase gobernante que sabe servirse con la cuchara grande.
Por eso es de gran relevancia el dictamen de reforma constitucional en materia de deudas estatales y municipales que actualmente se analiza en la Cámara de Diputados que será un paso adelante en el tema.
Twitter: @RicardoMeb

No hay comentarios: