jueves, 25 de julio de 2013

Tres días de ingobernabilidad en Michoacán; Enrique Peña Nieto debe renunciar

Por Victor Hernández

Durante tres días seguidos la ingobernabilidad se ha apoderado de Michoacán mediante una ola de violencia que el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto no ha sido capaz de detener.

Ayer, justo cuando Peña Nieto se reunía en Los Pinos con la secretaria de seguridad interna de Estados Unidos, Janet Napolitano, una séptima emboscada en 24 horas mató a dos agentes federales en Lázaro Cárdenas, Michoacán, e hirió a 5 más. Horas más tarde, un comando armado atacó a un casino en Morelia.

¿Que hizo Peña Nieto al respecto? Nada.

No sólo no hizo nada, sino que además anunció que hoy se sometería a una cirugía para extirparle un nódulo tiroideo, por lo cual no hablará con nadie en público durante 4 días, justo cuando la ingobernabilidad en Michoacán está causando serios cuestionamientos de la opinión pública contra Peña Nieto.

(Fox hizo lo mismo en 2003 cuando para no responder por su postura sobre la guerra de Irak, sometiéndose a una cirugía de espalda que se pudo haber hecho después.)

De lo que no se dieron cuenta en Los Pinos es que la cirugía que anunciaron incluye entre sus posibles causas el padecimiento de cáncer.

Pero Los Pinos no divulgó las causas, lo cual pone a Peña Nieto bajo sospecha de padecer cáncer, tal y como lo dijo Rafael Loret de Mola.

Si es el caso, y ya con un nivel inaceptable de ingobernabilidad en México como el que hay ahora, entonces no hay de otra: Enrique Peña Nieto debe renunciar a su cargo y dejar que alguien que sí sepa y pueda gobernar tome las riendas durante unos meses mientras se convoca a elecciones nuevamente.

México no puede seguir padeciendo de los niveles de ingobernabilidad que padece con Peña Nieto en el poder. Es demasiada muerte. Prácticamente un muerto cada hora durante sólo 24 horas.

La renuncia de Peña Nieto, por lo tanto, ya no es sólo por ideología; es un reclamo absolutamente serio para garantizar la gobernabilidad en México.

De lo contrario, lo que hemos visto en apenas 7 meses de Peña Nieto en el poder, seguirá ocurriendo durante los próximos 5 años y medio. Y eso sólo agravaría la situación de ingobernabilidad ya existente.

Simple y sencillamente Peña Nieto ya no está en condiciones para estar en el poder puesto que no hay gobernabilidad. Por lo tanto, debe renunciar.

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