martes, 16 de enero de 2018

Por qué Meade perdió 4 puntos? ¿Por qué Anaya ganó 4 puntos?

@FedericoArreolamar 16 ene 2018 14:08
 
  
 
Si Carlos Salinas está dando lata, como parece ser el caso con el rumor ya demasiado extendido de que habrá cambio de candidato, urge un manotazo que ponga en orden al expresidente
Si Carlos Salinas está dando lata, como parece ser el caso con el rumor ya demasiado extendido de que habrá cambio de candidato, urge un manotazo que ponga en orden al expresidente
Foto propiedad de: Internet

Caída y ascenso

Antes de ensayar una respuesta a esas preguntas, decidí esperar a la publicación de otras encuestas para comparar y, de esa manera, tener más elementos para saber qué tan grave ha sido la caída de José Antonio Meade —combinada con el ascenso de Ricardo Anaya— en la encuesta de SDP Noticias.
La última encuesta del año pasado de México Elige —aplicada a una muestra del universo de usuarios mexicanos de Facebook— la difundió SDP Noticias el 13 de diciembre de 2017.
La primera encuesta de 2018 de México Elige fue publicada aquí hace unos días, el 10 de enero.
La principal diferencia entre ambos estudios no es el aumento en la ventaja que tiene el líder, Andrés Manuel López Obrador.
De hecho, AMLO mantuvo sus niveles de preferencias (38.6% en diciembre contra 38.1% en enero).
Si la ventaja del candidato de Morena creció, se debió a la caída que registró el candidato del PRI, Meade: pasó de 29.8% en diciembre a 26.1% en enero.
Lo que perdió Meade lo ganó el panista Anaya: subió de 14.1% en diciembre a 17.7% en enero.
Para todo fin práctico y redondeando, Meade perdió 4 puntos, mismos que Anaya ganó.

¿Por qué Meade cayó y Anaya Creció?

Inútilmente he esperado seis días la publicación de encuestas en ReformaEl Financiero (de Alejandro Moreno), El Universal (de Buendía & Laredo) y El Economista(de Roy Campos).
No sé si mañana aparecerá alguna encuesta por ahí, así que las respuestas que necesito las buscaré sin otra ayuda que el análisis de México Elige de Sergio Zaragoza y Aldo Campuzano.

Doy diez razones para explicar la caída de Meade y el crecimiento de Anaya:

1. Entre Chihuahua y Moreira. Mientras, el 20 de diciembre de 2017, era arrestado por el gobierno de Chihuahua un priista destacado acusado de corrupción, Alejandro Gutiérrez, prácticamente al mismo tiempo, el 22 de diciembre, se anunciaba la llegada al PRI nacional de otro de los espantosos símbolos de la corrupción mexicana, Rubén Moreira, ex gobernador de Coahuila.
2. Los priistas siguen jugando a la cargada y a pelearse anticipadamente por los puestos en una Presidencia que no han ganado. Eso puede ser útil en ciertos momentos, y claramente este no es el momento.
3. A Meade se le ve tibio, le ha faltado fuerza para ser lo único que la sociedad mexicana espera de él: autocrítico con el gobierno del que formó parte y que está siendo cuestionado muy fuertemente a partir del arresto del priista Gutiérrez.
4. Anaya ha aprovechado el activismo del gobernador de Chihuahua, Javier Corral, para golpear a Meade y a todo su equipo.
5. Meade no se ha decidido a ser lo único que puede llevarlo a pelear con el líder en las encuestas: disruptor. Por difícil que resulte, el candidato del PRI debe romper bruscamente con el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Ni hablar, la política es así. Ello no significa que Meade se sume al grupo de personas que en los medios y en las redes linchan a EPN, pero por el propio bien de Peña debe cuestionarlo con fuerza en todo aquello que tenga de cuestionable.
6. Meade debe generar polémica, no reaccionar a las declaraciones polémicas de otros candidatos.
7. Debe contratar, ya, a un experto en cultura organizacional que auxilie a Aurelio Nuño en la tarea de poner orden en un equipo enorme y que seguirá creciendo y en el que, de momento, se nota que no hay separación de funciones ni líneas claras de autoridad. Los colaboradores de Meade deben dejar de hacerse bolas y de todos hacer de todo: todos son golpeadores, voceros, comunicólogos, mercadólogos, académicos, community managers, etcétera. La descordinación es real y muy ilustrativa de lo que está ocurriendo.
8. Si Carlos Salinas está dando lata, como parece ser el caso con el rumor ya demasiado extendido de que habrá cambio de candidato, urge un manotazo que ponga en orden al expresidente. Un fuerte, duro, contundente manotazo. No puede Meade permitir que se burlen de él, como en Aguascalientes, con mantas en las que presuntos priistas piden un cambio de candidato presidencial.
9. Peña Nieto debe ir al PRI a un segundo destape, una nueva versión del “no se hagan bolas” de 1994, dejando perfectamente en claro que él y su equipo, aun cuando Meade rompa con el actual gobierno, solo tienen un candidato: José Antonio Meade Kuribreña.
10. Peña debe dejar bien en claro que quien contemple, gestione, considere o provoque el cambio de candidato a estas alturas, no solo es un tonto completo (si con Meade hay problemas, sin Meade el PRI estaría absolutamente perdido), sino que será perseguido con toda la fuerza del Estado porque México no está para jugar a crear las condiciones que en 1994 llevaron al magnicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta.

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